INCLUSIÓN EDUCATIVA
Es importante señalar
como este autor da a conocer la importancia de minimizar las barreras a las que
se enfrentan a diario los niños y las niñas, creando espacios necesarios que
faciliten cada uno de los procesos educativos y así reconocer sus derechos,
desde las oportunidades. La institución educativa es la que se debe encargar
básicamente de generar dichos cambios y brindar las oportunidades necesarias
para potencializar el desarrollo de los niños y las niñas. Los cambios que se
originen a nivel pedagógico deben responder de forma positiva a cada una de las
necesidades, intereses y diversidades. Desde ahí, desde esa identificación de
prioridades, se verá reflejado los objetivos principales de la inclusión
educativa.
Para una educación
inclusiva es de gran ayuda crear tres escenarios o dimensiones básicas que
orienten a la institución educativa y que dé pie a una transformación social.
Para ello se debe tener en cuenta lo siguiente
Dimensión A: Crear
CULTURAS inclusivas: Esta dimensión se relaciona con la creación de una
comunidad escolar segura, acogedora, colaboradora y estimulante, en la que cada
uno es valorado, lo cual es la base fundamental primordial para que todo el
alumnado tenga mayores niveles de logro. Se refiere, asimismo, al desarrollo de
valores inclusivos, compartidos por todo el personal de la escuela, los
estudiantes, los miembros del Consejo Escolar y las familias, que se transmitan
a todos los nuevos miembros de la comunidad escolar. Los principios que se
derivan de esta cultura escolar son los que guían las decisiones que se
concretan en las políticas escolares de cada escuela y en su quehacer diario,
para apoyar el aprendizaje de todos a través de un proceso continuo de
innovación y desarrollo de la escuela.
Dimensión B: Elaborar
POLÍTICAS inclusivas: Esta dimensión tiene que ver con asegurar que la
inclusión sea el centro del desarrollo de la escuela, permeando todas las
políticas, para que mejore el aprendizaje y la participación de todo el
alumnado. Se considera como “apoyo” todas las actividades que aumentan la
capacidad de una escuela para dar respuesta a la diversidad del alumnado. Todas
las modalidades de apoyo se agrupan dentro de un único marco y se conciben
desde la perspectiva del desarrollo de los alumnos, y no desde la perspectiva
de la escuela o de las estructuras administrativas. Dimensión C: Desarrollar
PRÁCTICAS inclusivas: Esta dimensión se refiere a que las prácticas educativas
reflejen la cultura y las políticas inclusivas de la escuela. Tiene que ver con
asegurar que las actividades en el aula y las actividades extraescolares
promuevan la participación de todo el alumnado y tengan en cuenta el
conocimiento y la experiencia adquiridos por los estudiantes fuera de la
escuela. La enseñanza y los apoyos se integran para “orquestar” el aprendizaje
y superar las barreras al aprendizaje y la participación. El personal moviliza
recursos de la escuela y de las instituciones de la comunidad para mantener el
aprendizaje activo de todos.
Otra de las definiciones
de mayor importancia y que visualizan la educación
inclusiva es antes que nada una cuestión de justicia e igualdad, constituyendo
un impulso fundamental para avanzar en la agenda de Educación para todos. El
movimiento de la inclusión aspira a hacer efectivo el derecho a una educación
de calidad para todos, porque hay muchas personas, además de aquéllas con
discapacidad, que tienen negado este derecho. Está relacionada con el acceso,
la participación y logros de todos los alumnos, con especial énfasis en
aquéllos que, por diferentes razones están excluidos o en riesgo de ser marginados
Con la ayuda de esta orientación y definición
detallada de la importancia de una educación inclusiva, con el objetivo
principal de frenar la desigualdad y la exclusión en la diversidad de contextos
en las que pueden manifestarse los niños y las niñas. Es una tarea en la que la
sociedad se enfrenta a diario, y es ahí, en donde cada orientación suma un
valor importante a dicha transformación. Cumpliendo así, con las orientaciones
y planteamientos de la Unesco.
Sin duda alguna la educación inclusiva, debe partirse de una
realidad social por la que atraviesa el país (Colombia) y que den respuesta
inmediata a las necesidades de los niños y las niñas, favoreciendo su
articulación social.
Para garantizar su acceso a la educación se debe
construir entornos que acojan a toda esa diversidad y se establezcan espacios
de respeto hacia la diferencia. Esa garantía debe favorecer a procesos de orden
personal, social, cultural, político y económico. Formar parte de estos
entornos enriquecedores, debe ser un elemento principal y de gran valor en la
sociedad actual.
Según el MINISTERIO DE EDUCACIÓN EN COLOMBIA (2017)
da a conocer como “En nuestro país se adoptó la perspectiva de la educación inclusiva
y el enfoque diferencial, con el objetivo de ofrecer una atención educativa
pertinente y de calidad a todos los niños, los adolescentes y los adultos”
Desde esta visualización en el marco del Ministerio
de Educación Nacional ha puesto en marcha diversas acciones para lograr que el
sistema educativo sea de mejor calidad y a su vez garantice los derechos de
todos y sea tomada en primera instancia la diversidad y la atención oportuna,
comenzando en el potenciamiento de sus habilidades y capacidades a niños o niñas
con discapacidad. De esta manera es importante mencionar, cada una de las
orientaciones a nivel técnico, pedagógico y administrativo que el Ministerio de
Educación Nacional (2017) tuvo en
cuenta:
Las orientaciones técnicas recogen todos aquellos
fundamentos teóricos y normativos que rigen la construcción del documento y su
estructura. En ese sentido, estas orientaciones se acogen a la actual normativa
nacional e internacional, la cual se expone en el primer capítulo. Se entiende
y asume la discapacidad desde los modelos biopsicosociales y de calidad de vida
de más reciente generación. Asimismo, se parte del hecho de que es preciso
empoderar a los maestros, los docentes de apoyo y a todos los agentes
educativos a que haya lugar, incluida la familia, para que trabajen, de modo
mancomunado, en la puesta en marcha de diversas estrategias pedagógicas,
emocionales y sociales, con el fin de potenciar el aprendizaje y una vida feliz
para los estudiantes con discapacidad, aprovechando todas y cada una de sus fortalezas
e intereses, más allá de los déficits que puedan presentar
Las orientaciones administrativas se refieren a todas
aquellas acciones que son necesarias para los procesos de gestión territorial y
de los establecimientos educativos, en articulación con los entes
gubernamentales (locales, territoriales y nacionales) que las apoyan. De estas
orientaciones, en conjunto con las anteriores, surgen las rutas de atención
intersectorial para los estudiantes con discapacidad y sus familias, así como
los deberes que cada ente u organismo del Estado debe asumir cuando se enfrenta
a la atención de una persona con discapacidad y, para nuestro caso concreto, la
articulación entre los establecimientos educativos y las entidades de lo
público y lo privado que contribuyen a la atención de este colectivo
Las orientaciones pedagógicas se refieren a todas las
acciones que deben realizarse en el aula y con los estudiantes, para facilitar,
potenciar y estimular sus procesos de aprendizaje. En esa medida, se vinculan
con los procesos de caracterización pedagógica de los estudiantes cuando llegan
al establecimiento educativo, los ajustes razonables, las flexibilizaciones
curriculares y otras adaptaciones que deben proveerse para que esta persona
culmine exitosamente su proceso formativo en todos y cada uno de los niveles de
la educación formal. Exige que todos los establecimientos educativos reformen
su Proyecto Educativo Institucional bajo una perspectiva de diversidad y
atención a la diferencia, y propendan a generar ambientes pedagógicos en los
que participen todos los estudiantes, más allá de sus particularidades
culturales, lingüísticas, personales, sociales, entre otras, y de sus
limitaciones
La construcción de estas orientaciones, constituyan un paso importante para ofrecer a todos nuestros niños, adolescentes y jóvenes con discapacidad nuevas posibilidades para avanzar hacia la apertura de otros horizontes que potencien todas sus fortalezas y cualidades, y así se rompa con el imaginario de que quien tiene una discapacidad no puede aprender o debe estar en casa o en instituciones especiales. Que este esfuerzo contribuya a la transformación de nuestro sistema educativo, de modo que en Colombia los estudiantes con discapacidad gocen del derecho efectivo y real a tener una educación de calidad (Ministerio de Educación Nacional 2017).Otra de las significaciones de mayor aporte en el ámbito de educación inclusiva esta referente en el Decreto 1421 de 2017 es lo siguiente:Es un proceso permanente que reconoce, valora y responde de manera pertinente a la diversidad de características, intereses, posibilidades y expectativas de los niñas, niños, adolescentes, jóvenes y adultos, cuyo objetivo es promover su desarrollo, aprendizaje y participación, con pares de su misma edad, en un ambiente de aprendizaje común, sin discriminación o exclusión alguna, y que garantiza, en el marco de los derechos humanos, los apoyos y los ajustes razonables requeridos en su proceso educativo, a través de prácticas, políticas y culturas que eliminan las barreras existentes en el entorno educativo.
Comentarios
Publicar un comentario