INCLUSIÓN EDUCATIVA



La inclusión educativa es  la posibilidad de generar a cada uno de los niños y niñas de tener las mismas oportunidades de aprendizaje, con el único objetivo de potencializar cada una de sus habilidades, capacidades y características en toda su integralidad. La inclusión educativa debe facilitar y proteger el derecho a la educación, sin importar su cultura, religión, costumbres y demás aspectos sociales e individuales. Para Tony Booth el término de inclusión o de educación inclusiva, está relacionado con lo siguiente: La inclusión se concibe como un conjunto de procesos orientados a eliminar o   minimizar las barreras que limitan el aprendizaje y la participación de todo el alumnado. Las barreras, al igual que los recursos para reducirlas, se pueden encontrar en todos los elementos y estructuras del sistema: dentro de las escuelas, en la comunidad, y en las políticas locales y nacionales. La inclusión, está ligada a cualquier tipo de discriminación y exclusión, en el entendido de que hay muchos estudiantes que no tienen igualdad de oportunidades educativas ni reciben una educación adecuada a sus necesidades y características personales, tales como los alumnos con discapacidad, niños pertenecientes a pueblos originarios o afrodescendientes, niños portadores de VIH/SIDA o adolescentes embarazadas, entre otros (Booth & Ainscow, 2002, pág. 9) 

Es importante señalar como este autor da a conocer la importancia de minimizar las barreras a las que se enfrentan a diario los niños y las niñas, creando espacios necesarios que faciliten cada uno de los procesos educativos y así reconocer sus derechos, desde las oportunidades. La institución educativa es la que se debe encargar básicamente de generar dichos cambios y brindar las oportunidades necesarias para potencializar el desarrollo de los niños y las niñas. Los cambios que se originen a nivel pedagógico deben responder de forma positiva a cada una de las necesidades, intereses y diversidades. Desde ahí, desde esa identificación de prioridades, se verá reflejado los objetivos principales de la inclusión educativa.

Para una educación inclusiva es de gran ayuda crear tres escenarios o dimensiones básicas que orienten a la institución educativa y que dé pie a una transformación social. Para ello se debe tener en cuenta lo siguiente (Booth & Ainscow, 2002)

Dimensión A: Crear CULTURAS inclusivas: Esta dimensión se relaciona con la creación de una comunidad escolar segura, acogedora, colaboradora y estimulante, en la que cada uno es valorado, lo cual es la base fundamental primordial para que todo el alumnado tenga mayores niveles de logro. Se refiere, asimismo, al desarrollo de valores inclusivos, compartidos por todo el personal de la escuela, los estudiantes, los miembros del Consejo Escolar y las familias, que se transmitan a todos los nuevos miembros de la comunidad escolar. Los principios que se derivan de esta cultura escolar son los que guían las decisiones que se concretan en las políticas escolares de cada escuela y en su quehacer diario, para apoyar el aprendizaje de todos a través de un proceso continuo de innovación y desarrollo de la escuela.

Dimensión B: Elaborar POLÍTICAS inclusivas: Esta dimensión tiene que ver con asegurar que la inclusión sea el centro del desarrollo de la escuela, permeando todas las políticas, para que mejore el aprendizaje y la participación de todo el alumnado. Se considera como “apoyo” todas las actividades que aumentan la capacidad de una escuela para dar respuesta a la diversidad del alumnado. Todas las modalidades de apoyo se agrupan dentro de un único marco y se conciben desde la perspectiva del desarrollo de los alumnos, y no desde la perspectiva de la escuela o de las estructuras administrativas. Dimensión C: Desarrollar PRÁCTICAS inclusivas: Esta dimensión se refiere a que las prácticas educativas reflejen la cultura y las políticas inclusivas de la escuela. Tiene que ver con asegurar que las actividades en el aula y las actividades extraescolares promuevan la participación de todo el alumnado y tengan en cuenta el conocimiento y la experiencia adquiridos por los estudiantes fuera de la escuela. La enseñanza y los apoyos se integran para “orquestar” el aprendizaje y superar las barreras al aprendizaje y la participación. El personal moviliza recursos de la escuela y de las instituciones de la comunidad para mantener el aprendizaje activo de todos.

Otra de las definiciones de mayor importancia y que visualizan la educación inclusiva es antes que nada una cuestión de justicia e igualdad, constituyendo un impulso fundamental para avanzar en la agenda de Educación para todos. El movimiento de la inclusión aspira a hacer efectivo el derecho a una educación de calidad para todos, porque hay muchas personas, además de aquéllas con discapacidad, que tienen negado este derecho. Está relacionada con el acceso, la participación y logros de todos los alumnos, con especial énfasis en aquéllos que, por diferentes razones están excluidos o en riesgo de ser marginados (UNESCO, 1994,1995,1996) .

Con la ayuda de esta orientación y definición detallada de la importancia de una educación inclusiva, con el objetivo principal de frenar la desigualdad y la exclusión en la diversidad de contextos en las que pueden manifestarse los niños y las niñas. Es una tarea en la que la sociedad se enfrenta a diario, y es ahí, en donde cada orientación suma un valor importante a dicha transformación. Cumpliendo así, con las orientaciones y planteamientos de la Unesco.

Sin duda alguna  la educación inclusiva, debe partirse de una realidad social por la que atraviesa el país (Colombia) y que den respuesta inmediata a las necesidades de los niños y las niñas, favoreciendo su articulación social.

Para garantizar su acceso a la educación se debe construir entornos que acojan a toda esa diversidad y se establezcan espacios de respeto hacia la diferencia. Esa garantía debe favorecer a procesos de orden personal, social, cultural, político y económico. Formar parte de estos entornos enriquecedores, debe ser un elemento principal y de gran valor en la sociedad actual.

Según el MINISTERIO DE EDUCACIÓN EN COLOMBIA (2017) da a conocer como “En nuestro país se adoptó la perspectiva de la educación inclusiva y el enfoque diferencial, con el objetivo de ofrecer una atención educativa pertinente y de calidad a todos los niños, los adolescentes y los adultos” (MEN, 2017, pág. 11).

Desde esta visualización en el marco del Ministerio de Educación Nacional ha puesto en marcha diversas acciones para lograr que el sistema educativo sea de mejor calidad y a su vez garantice los derechos de todos y sea tomada en primera instancia la diversidad y la atención oportuna, comenzando en el potenciamiento de sus habilidades y capacidades a niños o niñas con discapacidad. De esta manera es importante mencionar, cada una de las orientaciones a nivel técnico, pedagógico y administrativo que el Ministerio de Educación Nacional  (2017) tuvo en cuenta:

Las orientaciones técnicas recogen todos aquellos fundamentos teóricos y normativos que rigen la construcción del documento y su estructura. En ese sentido, estas orientaciones se acogen a la actual normativa nacional e internacional, la cual se expone en el primer capítulo. Se entiende y asume la discapacidad desde los modelos biopsicosociales y de calidad de vida de más reciente generación. Asimismo, se parte del hecho de que es preciso empoderar a los maestros, los docentes de apoyo y a todos los agentes educativos a que haya lugar, incluida la familia, para que trabajen, de modo mancomunado, en la puesta en marcha de diversas estrategias pedagógicas, emocionales y sociales, con el fin de potenciar el aprendizaje y una vida feliz para los estudiantes con discapacidad, aprovechando todas y cada una de sus fortalezas e intereses, más allá de los déficits que puedan presentar (MEN, 2017)

Las orientaciones administrativas se refieren a todas aquellas acciones que son necesarias para los procesos de gestión territorial y de los establecimientos educativos, en articulación con los entes gubernamentales (locales, territoriales y nacionales) que las apoyan. De estas orientaciones, en conjunto con las anteriores, surgen las rutas de atención intersectorial para los estudiantes con discapacidad y sus familias, así como los deberes que cada ente u organismo del Estado debe asumir cuando se enfrenta a la atención de una persona con discapacidad y, para nuestro caso concreto, la articulación entre los establecimientos educativos y las entidades de lo público y lo privado que contribuyen a la atención de este colectivo (MEN, 2017, pág. 12).

Las orientaciones pedagógicas se refieren a todas las acciones que deben realizarse en el aula y con los estudiantes, para facilitar, potenciar y estimular sus procesos de aprendizaje. En esa medida, se vinculan con los procesos de caracterización pedagógica de los estudiantes cuando llegan al establecimiento educativo, los ajustes razonables, las flexibilizaciones curriculares y otras adaptaciones que deben proveerse para que esta persona culmine exitosamente su proceso formativo en todos y cada uno de los niveles de la educación formal. Exige que todos los establecimientos educativos reformen su Proyecto Educativo Institucional bajo una perspectiva de diversidad y atención a la diferencia, y propendan a generar ambientes pedagógicos en los que participen todos los estudiantes, más allá de sus particularidades culturales, lingüísticas, personales, sociales, entre otras, y de sus limitaciones  (MEN, 2017, pág. 12).

La construcción de estas orientaciones, constituyan un paso importante para ofrecer a todos nuestros niños, adolescentes y jóvenes con discapacidad nuevas posibilidades para avanzar hacia la apertura de otros horizontes que potencien todas sus fortalezas y cualidades, y así se rompa con el imaginario de que quien tiene una discapacidad no puede aprender o debe estar en casa o en instituciones especiales. Que este esfuerzo contribuya a la transformación de nuestro sistema educativo, de modo que en Colombia los estudiantes con discapacidad gocen del derecho efectivo y real a tener una educación de calidad (Ministerio de Educación Nacional 2017).Otra de las significaciones de mayor aporte en el ámbito de educación inclusiva esta referente en el Decreto 1421 de 2017 es lo siguiente:Es un proceso permanente que reconoce, valora y responde de manera pertinente a la diversidad de características, intereses, posibilidades y expectativas de los niñas, niños, adolescentes, jóvenes y adultos, cuyo objetivo es promover su desarrollo, aprendizaje y participación, con pares de su misma edad, en un ambiente de aprendizaje común, sin discriminación o exclusión alguna, y que garantiza, en el marco de los derechos humanos, los apoyos y los ajustes razonables requeridos en su proceso educativo, a través de prácticas, políticas y culturas que eliminan las barreras existentes en el entorno educativo. 



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